Escultura blanca de un músico en primer plano y al fondo un edificio vienés

SINFONÍA DE OTOÑO EN VIENA

Viena es una sinfonía en sí misma.

En este escenario, Mozart compuso Las bodas de Fígaro y La flauta mágica. Strauss se convirtió en el Rey del Vals. Y Beethoven recibió la inspiración del músico virtuoso, dando a luz sus mejores obras.

  Capital imperial, casa de los Habsburgo, residencia de Sissi emperatriz. Una ciudad escandalosamente monumental. Mires donde mires, cada cien metros, hay una fachada que ilumina, un palacio, una escultura, una cúpula espléndida. La arquitectura vienesa está en perfecta armonía con los tranvías, los transeúntes a pie o en bici, los jardines versallescos y los parques, que en todas las estaciones adquieren su toque musical.

Una ciudad escandalosamente monumental.

Tiene una luz bonita aunque esté nublado, aunque se pegue el frío o haga calor. Viena es un paseo por la historia de la realeza y la nobleza, un recuerdo de la ópera más pura. Es deslizarte sobre un piano o caminar junto a un violín. Es una partitura constante, que flota invisible en el aire. Viena es absolutamente imprescindible.

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